En la hoguera hay de beber ♪ (Dar]

- ¿En serio le interesa tanto para formar este alboroto?- pregunté alzando la voz para que me escuchara. Ese no era el camino que tenía que seguir mi plan pero me amoldaba bien a los giros inesperados- Está bien, vayase, pero así no conseguirá nada sino más rabia por no saberlo.- añadí antes de que me girara para clavar mi mirada en la botella de ron. Eso sería lo único que haría, si mordía el anzuelo volvería a la mesa y sino se iría y yo buscaría otro pez en el vasto mar.

Estaba por crusar la puerta pero me volví unos pasos atras al escucharlo, demasiada curiosidad mataria al gato y mas que eso preferia conseguir las cosas por otro camino, tal ves solo con mas confianza todo se arreglara, pero de aca a eso habia un largo trecho. Giré sobre mí, volviendo a la mesa pero sin sentarme, solo apoyandome en la silla.-Si usted significara algo para mí o tuviera algo que realmente me interesara creame que no me iria hasta saberlo todo, pero por el momento no le encuentro nada de interesante, o es que tiene un as bajo la manga?.-lo miré interrogante, esperando ver con que intentaba engatuzarme.

- Lo siento pero los simples campesinos no tenemos ases en las mangas, tampoco es que tengamos nada especial.- le contesté muy lentamente para luego tomar un trago también muy lentamente- Olvidemos mi secreto, ¿ok? Antes de eso estabamos teniendo una buena conversación, ¿por qué se ha estropeado tanto nuestro encuentro si iba tan bien?- le dije mirandola- La verdad es que no entiendo su enfado.

-De una forma u otro creo suponer que me trato de niña que no sabe nada solo por venir d euna familia que lo tiene todo y ue no se lo dificil que es conseguir las cosas, pero dejeme decirle que lo sé muy bien, pero he ahí mi secreto.-expliqué no muy detalladamente pero esperaba que con eso le bastara, volví a sentarme comodamente, apoyando mis brasos en la mesa.-Platiqueme de lo que quiera y siempre y cuando pueda hablar.-pedí mientras volvia a llenar mi vaso olvidado.

- ¿No es eso lo que me quiso hacer entender cuando me dijiste que me podía encerrar en prisión para luego ajusticiarme con solo decirles palabras dulces a su padre?- pregunté suave- Lo siento si la he ofendido, no ha sido mi intención.- observé como se llenaba la copa mientras me reía por dentro al haber conseguido mi propósito- A modo de disculpas le contaré mi secreto. No he bebido demasiado porque he venido con un porpósito a esta posada. Verás... ¿pudo confiar plenamente en usted?- me interrumpí siguiendo con mi papel.

-Puedo hacerlo pero solo si quiero, solo si de verdad tuviera un motivo.-fuí simple, pero por esta ves bajaria la guardia y seria la niña ingenua y que sueña con algo imposible. Asentí mas amable ahora, aceptando sus disculpas en silencio.-Quien soy yo para obligarte? nadie, asique puedes decirlo si quieres que de aca no saldra porque estoy segura que por la mañana no te recordaré.-no negaba que me gustaba beber, pero intentaba ser moderada aunque a veces me pasaba.

Asentí luego de escucharla y proseguí con mi mentira.

- Justo encima de nosotros duerme un hombre que le está haciendo la vida imposible a mi madre. Como sabrás a nosotros no nos suelen hacer caso y menos si se trata de alguien de alto nivel. Así que... solo me queda tomar la justicia por mi mano.- dije en voz baja para que solo se enterara ella, fingiendo un tono afectado y haciendo una parada como si se me quebrara la voz. Era un buen actor, cosa qeu utilizaba para salirme con la mía.

No le creas niña decia mi mente, ella debia de ser la mas madura en este momento, pero no hice caso, asique en parte le creí.-Podria conseguir alguien que te ayude.-tiré al ire con toda mi parte buena fuera de mí, solidaria y como siempre no queriendo que un inocente terminara en la horca por algo injusto.-Puedo saber su nombre?.-pregunté intrigada, en una de esas casualidades lo conocia.

- Es algo que tengo que hacer yo.- le dije negando con la cabeza, no quería que todo se líara más de lo que estaba por ganarme la confianza de una chica- No creo que le conozcas, no es de aquí sino del otro lado del mar. Su nombre es Diego de la Rosa, un mercader español.- le expliqué inventandome las cosas sobre la marcha a la perfección- Gracias por escucharme, al final me ha venido bien desvelar mi secreto.

Asentí levemente, entendia a la perfeccion aquello y no lo obligaria a nada, pero mirandolo desde la parte del lugar que ocupaba en la East estaba confesandome abiertamente un "asesinato", si se llegaba a descubrir tenia una descripcion perfecta de quien habia sido, pero por que hacerlo si siendo Laureen no pertenecia a ningun lado?. Gire entre mis manos el vaso, pensando en si conocia o no a aquel señor.-Pues no, aqui no hay nadie con ese nombre.-reconocí despues de habermelo repetido mil veces.-No hay porqué.-contesté a su agradecimiento

- Esa es la razón por la que bebo pero no hasta la embriaguez.- comenté antes de darle otro trago a la botella, esta vez más largo que los anteriores- Como lo más probable es que ésta sea la última vez que nos veamos quiero confiarle algo.- dije fingiendo nerviosismo haciendo girar el anillo en forma de calavera en mi dedo- Tómalo como la voluntad de un moribundo o el obsequio entre dos borrachos que se cuentan sus penas, aunque uno esté más que el otro.- reí con amargura, fingida claro está, intentando hacer una broma de eso. Me quité uno de mi anillos, uno de madera tallada con una S mayúscula, la única cosa que tenía de mi padre al cual no recordaba y tampoco es que le tuviese mucha estima, y lo deposité en su mano. Estos actos "románticos" eran de los agrados de las damas y aunque no conseguiría nada esa noche quizás sí en noches venideras- Espero que tenga la consideración de verme en la horca.- le guiñé un ojo a modo de despedida y me encaminé a las escaleras que conducían a la planta superior del establecimiento.

Lo miré sin entender durante un momento, hasta que él termino de hablar dejando sobre mi mano su anillo. Lo tomé entre mis dedos observandolo con interes, girandolo, como si fuera tan grande. No sabia que se suponia que queria conseguir con todo aquello, pero no sabia si tenia alguna oportunidad de poder ayudarlo. Solo lo seguí con la vista cuando se levantó viendo hacia donde se encaminaba, imité su movimiento alcansandolo pero solo subí unos escalones, mas o menos hasta donde no pudieran oir los demas. Llevaba el anillo en mi puño, para luego devolverselo.-Puede que no me termine de agradar, pero nunca dije que fuera a ir a avisar a las autoridades sobre lo que piensa hacer, prefiero que tengan la mala suerte la spersonas que de verdad tienen un motivo y no gente inocente como usted si es verdad todo eso que me contó.-me quede mirandolo, sin ninguna expresión en especial en mi rostro, apoyada en la baranda.

- Es un buen gesto lo de no avisar a las autoridades, dice mucho de usted, y confiaba que no lo iba a hacer sino no le hubiera explicado todo esto.- dije girandome para verla, parandome en un escalón más arriba que ella- Ahora, por favor, no me siga, vuelva a la mesa o vayáse a su casa. Hasta nunca.- concluí a forma de saludo y depositando un beso en el dorso de su mano subí las escaleras hasta llegar al piso superior, acelerando el paso y entrando en una habitación cualquiera sin ver quien había dentro si es que en realidad había alguien.

Me estaba tomando el pelo o qué?. Dí la vuelta aun indecisa de que hacer, podia irme y hacer como si nunca lo hubiera visto o bien quedarme allí hasta que en algun momento bajara a sentarse nuevamente. Descendí como si nada hubiera pasado, dejandole el pago de la botella y lo mío al dependiente, saliendo de allí tan tranquila como habia entrado,aparentemente. Era entrada la noche, pero las calles a pesar de todo tenian algo de iluminacion, por lo que y confiada de que nada me pasaria me encamine entre algunos callejones, era la forma mas directa, si bordeaba todo llegaria a casa aun mas tarde d elo que ya era. Corria con la suerte de que hoy no lloviera y no hiciera tanto frio.

Después de cerrar la puerta me encaminé a la ventana de aquella habitación, la cual daba a un callejón. Me apoyé en el alfeizar haciendo algo de tiempo y de paso observé el cuarto en el que me encontraba. Estaba todo en penumbra iluminado por los luz de la luna que entraban por la única ventana. En la cama había un hombre dormido, al cual no podía ver muy bien pero tenía barba por lo que ese era su sexo, facilitando las cosas. Pero todo se torció cuando al abrir la ventana escuché la vieja cama rechinar, el hombre estaba despierto y estaba armado. Un disparo se escuchó por todo el pueblo, el cual impactó en el cristal haciendolo añicos. Finalmente salté por la ventana, antes de que me atacara de nuevo, cayendo sobre la basura. Me adentré en los callejones corriendo al principio para luego caminar con un paso más lento, sin sentir por la adrenalina que tenía algunos cortes en la cara a causa de los vidrios.

Iba entretenida en lo mío, tranquila de por sí ya que no me daba miedo andar sola a estas horas por las calles del lugar. Era todo silencio, cosa que hacia que hatsa el mas mínimo ruido retumbara por todos lados, pero un ruido aun mas fuerte me saco de mis pensamientos demasiao rapido como para acostumbrarme a él, parecia ser que una ventana se hubiera roto, mas bien casi haber estallado por un fuerte golpe. Miré en esa direccion para solo ver una mancha negra como era todo allí por la escasa iluminacion. Por reflejo apure el paso, pegandome a la pared, cabeza gacha, solo teniendo en mente el camino más rápido y seguro para llegar a mi hogar.

Era imposible que aquel tipo me hubiera visto ya que no había mucha ilumniación y todo pasó demasiado rápido. Por lo que tranquilamente me recosté en uno de las paredes del callejón en el que me encontraba, dandóme cuenta por fin de los cortes de mi rostro. Casi todos eran superficiales menos uno que se encontraba en mi frente por encima de mi ojo izquierdo, por el cual manaba sangre dificultando mi visión. Me limpié la sangre con la manga de mi camisa pero seguía saliendo sangre, aquella herida era de lo más molesta, y continué caminando pasando de un callejón a otro para despistar a cualquiera que pudiera perseguirme. Por delante mío pude ver una silueta de lo que parecía ser una chica por el vestido, cosa que no pude saber por la oscuridad y la sangre que volvía a nublarme la vista, y más adelante un seguido de siluetas recostadas en la pared, quizás eran dos o tres.

Mierda Lau sé mas valiente me decia mi mente, pero como serlo si estaba mas que sola en medio de la oscuridad y todavia aun lejos de mi destino?. Levanté la cabeza, trabtando de distinguir algo, consegui poco y nada pero mas o menos me ubicaba; me quité los zapatos y eché a correr en silencio, ahora no me importaba el poder lastimarme o ensuciarme, solo queria salir de allí. Me detuve algo agitada luego de haber recorrido un tramo bastante largo al ver las sombras de una siluetas, lo único que me faltaba para completar la noche o habia alguna sorpresa más?. No podia romper tan fino vestido para pasar disimulada, y tampoco llevaba mas que las monedas que habia dejado en la posada encima, asique debia poner todas las cartas sobre la mesa y probar suerte con alguna.

La chica, si es que en realidad era una joven, salió corriendo seguida de cerca por las otras siluetas. No es que estuviera en muchas condiciones para meterme en una pelea pero decidí seguir a ese conjunto de siluetas que había frente a mí.

- Oye hermosa, ¿no es muy tarde para que vayas sola?- preguntó una voz enronquecida por el alcohol justo delante de mí. Ahora que estaba más cerca podía ver mejor. Habían dos tipos delante de mí dandome la espalda: uno delgado y alto y otro más bajo y más corpulento. Por lo que sabía de ese tipo de gente no querían nada bueno con esa señorita.

Y sí, si seguia corriendo me los llevaria por delante y eso no terminaria del todo bien, ni siquiera bien por lo que decidí parar y fingir una sonrisa calmada, sin mostrar la verguenza que me daba la gente como ellos. Me quede en mi lugar mostrando una seguridad que no sabia de donde habia sacado, no era conciente de si en verdad paracia atan confiada de mí misma.
-Pues no lo creo, es bastante temprano aun-comenté con simplicidad, retrocediendo imperceptiblemente dos pasos.

- Nosotros podemos hacerte compañía, ¿verdad, John?- dijo el más alto de los dos aunque no pude saber quien era porque yo estaba a sus espaldas sin ver muy bien- Tranquila estarás en buenas manos.- añadió con una carcajada ronca.

- ¿En buenas manos con escória como vosotros? ¡Ja!- intervine sacando la pequeña daga que tenía en mi cinturón, aquella noche no llevaba el sable- Marchaos de aquí sino quereis acabar tirados en los adoquines de este maloliente callejón.- añadí con tono amenazador aunque mi apariencia no ayudaba mucho estando lleno de cortes y aquella sangre en mi rostro.

Volví a retroceder austada, para que negarlo?. Creo que convoque a todo santo habido y por haber ya que estabamos metidos en una d elas partes del callejon que no tiene salida. Tanteé como pude la pared pero nada, no habia mas salida que volver a ir hacia la iizquierda pero si me movia estaba segura que uno de esos hombros podria agarrarme sin problemas. estaba inventando algo para parecer mas "valiente" o lo que sea, solo queria salir de alli entera por lo menos pero cuando estaba por abrir la boca me distrai al ori otra voz, me resultaba demasiado conocida, mire en direccion de él descubriendo a..-Darren!-exclamé sorprendida de verlo alli, y mas de verlo así de desalineado y puede ser que lastimado?

Los dos hombres empezaron a reirse al verme, no sé si por el alcohol que habían tomado o por mi estado visualmente desastroso o tal vez por la suma de esos dos factores.

- ¿Tú nos vas a hacer algo a nosotros?- preguntó incredulo y entre risas el mismo de antes, era el único que había hablado.- John, deshazte de él, yo voy a por la chica.- se dio la vuelta y se encaminó hacia... ¿Laureen? ¿Qué hacía ella allí? No pude encontrar una respuesta a eso ya que el hombre corpulento se dirigía hacia mí con sus enormes brazos preparados para golpear. Me hice a un lado como pude, evitando que me diera con mucha suerte, y extendí el brazo de la daga hacia su vientre pero no pude acertarle por culpa de la poca visivilidad y el mareo que sentía por la vista nublada.

Rei con sarcasmo, no pudiendo evitarlo al ver la cara de confianza que tenia en sí mismo aquel tipo. Me limité a moverme de mi lugar, aprovechando que el otro estaba "ocupado" en atrapar a Dar, asique corria con un poco de ventaja. O me salvaba yo o arrastraba medio moribundo a Darren que viendolo mejor no se encontraba demasiado bien. Me acerqué a él en un intento fallido de empujarlo hacia el otro lado con mucha suerte encontrabamos algun lugar donde aguardar hasta que ellos desaparecieran, pero como dije fue fallido ya que la falda mas grande del vestido quedo enganchada en un pedacito de pared venida abajo. Nono, no podia ahora desesperarme, digamos que estaba entrenada para defenderme pero seria eso demasiado varonil?

Sino hacía algo acabaría muerto y a Laureen la harían cosas no muy buenas antes de matarla también. Intentaba pensar en algo pero tenía la mente en blanco, limitandome solo a esquivar los ataques de mi contrincante que por suerte eran lentos y torpes. De repente sentí un débil empujón que me hizo tropezar con la basura del callejón. Se trataba de Laureen pero parecía atrapada por culpa de su vestido dejandola desprotegida. Pero por fin la suerte llegó en forma de botella de ron. La recogí de la basura llevandomela cerca del rostro para ver su interior, viendo que aun contenía líquido dentro. Esperando que la suerte no me hubiera abandonado me encaré de nuevo contra el hombre corpulento, esquivé su ataque y le estampé la botella en la cabeza. El vidrio se rompió y el hombre se derrumbó en el suelo sin sentido bañado de ron.